Quién no ha pensado algo parecido, especialmente cuando se trabaja de cara al público, y se encuentra con un energúmeno:
- No soy grosero, eres tú que eres gili.
- Me caes bien, me recuerdas a mí, cuando era joven y estúpido.
- ¿Qué te parece "nunca", te viene bien "nunca"?
- Tus palabras empiezan a tener sentido, debe ser hora de tomar mi medicación.
- Trataré de ser más amable si tú tratas de ser más inteligente.
- Estoy fuera de mí, pero puedes dejar un mensaje.
- Ambos nos estamos comportando de forma estúpida. La diferencia es que yo estoy tratando de ser lo más estúpido posible, y tú no lo puedes evitar.
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