El hombre se acuesta en su cama pero no puede dejar de pensar en la habitación sin número. Así que, arrastrado por la curiosidad, decide salir al pasillo y ver que hay en aquella habitación, pero está cerrada con llave. Entonces se agacha y mira a través de la cerradura, y lo que ve es una mujer sentada en el suelo con la espalda apoyada en la pared.
A la noche siguiente vuelve a mirar a través de la cerradura, pero un color rojo muy intenso no le deja ver nada. Entonces piensa que sea quien sea que esté allí alojada se ha dado cuenta que la observaban, y ha colocado un paño o una prenda roja sobre la cerradura.
A la mañana siguiente, al bajar a la recepción, le pregunta al recepcionista que es lo que hay en aquella habitación y por qué no tiene número. Después de mucho insistir, el recepcionista se lo dice:
- Esa habitación se encuentra vacía. No se abre desde hace meses. Hace tiempo un matrimonio se alojó allí, el marido mató a su mujer en esa habitación. A la mañana siguiente cuando vino la policía, descubrió algo muy extraño. Y es que los ojos de aquella mujer eran completamente rojos.
Muy bueno.
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